Contadme. Decidme. Dejadme.

Cuéntame la razón de tu silencio, cuéntame que sello esos labios.

Déjame ser quien te los abra, el que saboree ese gusto tan característico, el que te llene y te haga sentir bien. Déjame ser tu mano derecha, el hombre en el que puedes confiar y al que amas. Dime porque estas así, porque ese silencio, esa cabeza baja, ese rostro inexpresivo. Déjame silenciarte, silenciarte a besos. Ahogarte entre mis labios y abrazos. Quiero ser el que te escuche día y noche, el que te apoye y te abrace… quiero ser tu vida.

Y tú… ser perfecto que se cree imperfecto. La perfección no se refleja en un espejo, se siente en el interior.

Dime que te atormenta. Déjame que pinte tu mundo de color. Déjame ser el que te llame a las tres de la mañana cuando peor estés y te pinte una sonrisa. Habrá caballeros que lo harán mejor que yo, que te llenaran más. Pero en los momentos más duros estaré yo, siempre a tu lado, esperándote bajo un paraguas en la oscura noche donde lloverá y donde sujetare un cartel que ponga “For me you are perfect”