Él se levanto, ella
le contemplaba desde la cama. Se apoyó en la ventana y miró fijamente el
exterior.
Ella no pudo más, las lagrimas brotaron como
el llanto de un recién nacido. Él se acercó y le secó las lágrimas. Se acercó y
le abrazo un momento, una eternidad para ella. Se levanto, cogió la maleta.
Empaño la ventana y
con el resto de las lágrimas que quedaban en sus dedos escribió en la ventana
un mensaje.
Salió de la habitación
con la maleta. Ella permaneció en la cama abrazada a su almohada, oliéndola y
recordando su olor.
Las lagrimas
brotaron aun con más fuerza cuando miró a la ventana y vio escrito la palabra:
Forever…
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